La tendencia actual de reducir drásticamente el derecho al asilo político, acompañada de la estricta prohibición de entrada a los “inmigrantes económicos”, no indica una nueva estrategia con respecto al fenómeno de los refugiados, sino solo la ausencia de una estrategia y la deseo de evitar una situación en la que tal ausencia pueda causar vergüenza política (Zygmunt Bauman).